Declaración de Principios sobre la Mente Perversa de un adulto inocente
El suelo, húmedo... Por lágrimas humanas
El aire, sombrío... De oscuridad y muerte
El cielo, oscurecido... De miedo y tristeza
El corazón, frío... De anhelo y traición
Mientras subía las escaleras ví a un hombre
Que nunca estuvo allí
Y solo deseo que se vaya
De nuevo en la oscuridad
Dulce sabor, el de la perdición
Odio toda la vida que me rodea
El asqueroso aire de mierda, estoy forzado a respirar
Día y noche rezo
Una plegaria, para la decadencia de la vida
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